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21 Como Rebeca no podía tener hijos, Isaac oró al Señor a favor de ella. El Señor escuchó su oración, de modo que Rebeca quedó embarazada. 22 Pronto se dio cuenta que iba a tener mellizos porque los niños luchaban dentro de su vientre. Preocupada, Rebeca se dijo así misma: «Si las cosas van a seguir así, ¿para qué quiero seguir viviendo?». Entonces fue a consultar al Señor, 23 Y Dios le dijo:

«En tu vientre hay dos naciones;

dos pueblos divididos desde antes de nacer.

Uno será más fuerte que el otro,

y el mayor servirá al menor».

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